jueves, 21 de febrero de 2008

Tortilla Francesa, Bea Montero

Dispénsese: TORTILLA FRANCESA.

Historia:
A principios del siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, las tropas francesas atravesaron la Península Ibérica y , finalmente, recalaron en la Bahía de Cádiz. La Isla de León (actualmente San Fernando) se vio atacada y cercada en los alrededores del Puente Suazo. El comercio y abastecimiento por tierra se vio suspendido, los productos que venían de las cercanas huertas de Chiclana y Puerto Real, no pudieron llegar a la capital gaditana y hubo que echarle imaginación (que en eso tenemos un master los gaditanos) a la hora de cocinar y poder comer.
Las mujeres gaditanas muy apañadas ellas, decidieron que si no podían hacer tortilla de patatas, porque no podían contar con el ingrediente principal que era la patata, y la escasez de huevos que venían del barrio isleño de Gallineras (llamado así por la cantidad de granjas que allí había), sólo con los pocos huevos que daban algunas gallinas que conservaban en patios y torres miradores de Cádiz, inventaron la tortilla sólo con huevos. Y en homenaje a la circunstancia que vivían la llamaron TORTILLA FRANCESA, y a la de patatas para diferenciarla tortilla española.

Ficha Técnica:
Huevo
Aceite
Sal

Modus operandi:

Se bate un huevo durante un par de minutos, se le añade un pellizco de sal, y se vierte todo en una sartén con un chorrito de aceite de oliva.
Se deja que se haga un poco y se le da la vuelta a la tortilla (para los más diestros se permite hacerlo en el aire, para el resto de los mortales nos ayudaremos con un tenedor). Luego se pliega sobre sí misma un par de veces y... voila ya tienes una tortilla francesa.

Información para el paciente:

La tortilla francesa es una de las variadas posibilidades de comer huevo con el fin de acercarse a las 3-4 unidades a la semana -o hasta 5 unidades si la persona es corpulenta- que los expertos recomiendan. El huevo es el alimento que contiene las proteínas más completas y de mayor valor biológico, hasta el punto que los expertos en nutrición lo consideran el patrón proteico de referencia. Esto se debe a que contiene en una proporción óptima los ocho aminoácidos esenciales que el organismo necesita para formar sus propias proteínas humanas. La clara está formada fundamentalmente por agua y proteínas de alto valor biológico como la ovoalbúmina. La yema contiene grasa y otros componentes grasos como la lecitina. En la yema también se encuentran pequeñas cantidades de vitaminas liposolubles (A, D), hidrosolubles (tiamina, riboflavina) y minerales como el hierro, fósforo, zinc, selenio y sodio. Es uno de los alimentos con mayor porcentaje de colesterol, alrededor de 500 mg por 100 g, localizado en la yema; aunque contiene otros componentes como la lecitina y una buena dosis de grasas insaturadas que hacen que el organismo no absorba tanta cantidad de colesterol como mucha gente piensa.

Bibliografía: apuntes licenciatura Historia y web
www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/

Beatriz Montero Mateos. 1º B Farmacia

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